Puente de Boyacà

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Lugar histórico, ubicado en la vereda de Boyacá a 14Km de Tunja. Importante centro turístico construido sobre el río Teatinos. Fue el escenario donde se libro la Batalla de Boyacà el 7 de agosto de 1819, cuando los ejércitos patrios venidos del llano al mando de Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander derrotó él ejercito realista de José María Barreiro.

Para entender lo que representa este lugar es necesario remontarse al 7 de Agosto de 1819, cuando cerca de Tunja sobre el río Teatinos, el ejército de los Realistas liderado por el español José María Barreiro y el ejército Patriota comandado por el general Simón Bolívar, dieron inicio a la histórica Batalla de Boyacá, hecho que desencadenó la independencia de la Nueva Granada. Sí, ese tranquilo y pacífico lugar que irradia cierta paz, fue en aquella época el escenario de una de las más importantes batallas de Colombia, en definitiva, un campo de guerra.

 

Todo comenzó el cuatro de agosto de 1819 cuando Simón Bolívar después de la batalla del Pantano de Vargas en Paipa, hizo una hábil maniobra con sus tropas en la noche, tomándose a Tunja y cortándole paso al avance del ejército del español Juan María Barreiro, el cual pretendía hacer conexión con los refuerzos de Santa Fe (Bogotá). El comandante realista, al verse sorprendido, se dirigió a la capital por el camino de Motavita, pero Bolívar salió a impedirle su marcha en el Puente de Boyacá. Allí, a las dos de la tarde, se encontraron los dos ejércitos.

 

Fue una lucha que se prolongó por dos horas y dio la victoria a las fuerzas del Libertador. Los realistas, al verse vencidos, cedieron en el ataque y emprendieron la retirada. En poder del ejército patriota cayó la mayoría de los integrantes de la comandancia realista, alrededor de 1.600 soldados con sus armas y todo el material de guerra. Murieron 200 soldados realistas y 13 patriotas. Entre los oficiales que pudieron escapar, dos de ellos corrieron a llevar la noticia a Santa Fe.

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Desde ese momento el Puente de Boyacá, ese lugar frío e inmensamente pacífico, se convirtió en un lugar histórico, un monumento que aunque pequeño en dimensión es diariamente visitado por cientos de turistas, que lo cruzan con el corazón lleno de patriotismo o simplemente por curiosidad.